El minimalismo clásico, es una tendencia a la alza que cada día gana más adeptos. Y no es que lo digamos nosotros, es que cada vez se crean más viviendas siguiendo este esquema tan particular.
El minimalismo clásico se extiende.
La tendencia del minimalismo clásico continúa ganando fuerza. Según su precursora, las bases sobre las que se cimenta esta tendencia son el orden, la funcionalidad, la atemporalidad y el estudio de la luz.
El orden al servicio de los usuarios
El orden que propone el minimalismo clásico radica en que cada objeto tenga su lugar, para que el espacio sea acogedor y funcional. Mejorando la calidad de vida del usuario.
La funcionalidad es la clave
La funcionalidad busca adaptar la utilidad al diseño, creando espacios que cumplan con sus funciones, pero que permitan tener una vida cómoda, adaptada a las necesidades de cada integrante. Porque las casas están para vivirlas, no solo para mirarlas, aunque sean de diseño.



La atemporalidad revitaliza cualquier estancia
La atemporalidad del minimalismo clásico, pretende cuidar las estructuras que hacen especial tu casa, como por ejemplo los techos, las molduras o los suelos, aportando ese extra de innovación en los materiales escogidos, el color y el mobiliario.
El estudio de la luz como eje central
La luz es uno de los puntos fuertes de esta tendencia, ya que parte de la idea de otorgar una iluminación cuidada, tanto la artificial como la natural. Consiguiendo cargar a la estancia de un clima amable y confortable.

Como puedes ver, el minimalismo no es solamente estética, también es calidad de vida. Y así, lo manifiesta Lidia en cada uno de sus trabajos.
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